Tu presencia hoy ausente se evapora en los tiempos y los recuerdos.
Llorándote al sentirte lejano, desearía arrancar de mi pecho,
este sinsabor contenido.
Sentada, tragándome mis complejos sin razón ni cobardía.
Mirando fija la imagen de mis ojos frente al espejo.
Mis ojos grandes, vivos, llenos de luz...
Los veo sin brillo, inexpresivos. El dolor se ha vuelto costumbre.
Avergonzada miro lo yermo del vacío.
No me digas adiós... Mi alma se fusiono contigo.
Formas parte de esa que una vez fui yo...
Tu risa y la mía fueron las mismas.
Llena el aire con tus aromas y sus detalles.
Dibujo en mi rostro una sonrisa carmín...
Agoniza tu presencia, esperando lo esperado.
Te regalo mi libertad y recuerda que todo te lo he dado.
Dale esperanza a mis años.
Lo usual de mi no es la derrota.
Tu me consentiste, me convertiste en otra.
No hay muchas como yo... Sin prejuicios, ni preguntas...
Tengo el derecho de sufrir y tomar mi camino.
El mismo que me lleva a ti!
Tu presencia hoy ausente, por las divisiones de la vida.
Engendraste mi alma en tu corazón, le diste vida.
Creamos lazos indisolubles.
Nuestro amor no puede ni quiere morir.
Con la serenidad de la luna , volteas y me miras.
Me acurrucas en tus brazos y suspiras.
Otra vez te siento mío...
Mi alma vuelve a mi cuerpo y ya no estás ausente.
Me tienes en tu corazón...
Yo te tengo en el mío!....
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